Cuba aprueba Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional en cooperación con la FAO
El Consejo de Ministros de Cuba aprobó este 22 de julio el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, primero de su tipo en la historia del país.
Gustavo Rodríguez, ministro de la Agricultura —organismo que coordinó la elaboración del Plan— aseguró que se sustenta en la capacidad de la nación para producir alimentos de forma sostenible y dar acceso a la población a una alimentación balanceada, nutritiva e inocua, reduciendo la dependencia de medios e insumos externos, con respeto a la diversidad cultural y responsabilidad ambiental, según publicó el sitio oficial de la Presidencia de la República.
Explicó que el objetivo esencial es “lograr una gestión de trabajo del Estado cubano que facilite la organización de sistemas alimentarios locales, soberanos y sostenibles que integren la producción, transformación, comercialización y consumo de alimentos y el fomento de una cultura alimentaria y educación nutricional que contribuya al logro de una población saludable”.
Durante la reunión, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, insistió en la necesidad de fortalecer el trabajo en los municipios, porque todo lo que hagamos tiene que tener una articulación en ellos. Agregó que la vida nos está demostrando que es esa la principal estructura que debemos fortalecer, a la cual nos tenemos que orientar para implementar lo que nos hemos propuesto y tener resultados.
Representantes de 22 ministerios, 11 grupos empresariales, 25 entidades de ciencia, tecnología e innovación, 10 organizaciones de la sociedad civil y cinco organismos internacionales trabajaron durante más de un año en la preparación del documento, el cual incluye antecedentes, diagnóstico, metodología, marco conceptual y un plan de acción que contempla la sinergia entre esfuerzos nacionales y cooperación internacional.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acompañó la formulación desde el punto de vista metodológico y sobre la base de las experiencias en la construcción de planes de seguridad alimentaria en la región, en el marco del programa cofinanciado por la Unión Europea “Impacto, Resiliencia, Sostenibilidad y Transformación para la Seguridad Alimentaria y Nutricional” (FIRST, por sus siglas en inglés) y con la colaboración de OXFAM Internacional.
Este proceso se nutrió de más de una decena de talleres, encuentros y consultas intersectoriales, así como de propósitos ya definidos en otras estrategias y programas sobre producción de alimentos de manera sostenible.
"La elaboración del Plan ha sido un proceso no solo participativo, creo que también ha sido multidisciplinario y transdisciplinario; ha permitido tener una construcción estratégica de un plan que para Cuba es muy novedoso y que también tiene en cuenta la actualidad contextual del país”, refirió a la FAO Rosa Acosta, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas.
Entre los temas estratégicos identificados se encuentran: disminuir la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos; garantizar la calidad e inocuidad y disminución de las pérdidas y desperdicios de alimentos; consolidar los sistemas alimentarios locales; y movilizar los sistemas educacionales, de la cultura y de la comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional.
Cuba cumplió con la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación de reducir a la mitad el número de personas hambrientas antes de 2015 y con la de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre.
Según el reciente informe conjunto El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2020 (SOFI, por su sigla en inglés), la prevalencia de la subalimentación o hambre en la población total en el país sigue siendo inferior al 2.5 % y es una de las tres naciones en el área latinoamericana y caribeña —junto a Brasil y Uruguay— que exhiben los mejores resultados en ese sentido, no obstante sus limitaciones económicas y el impacto de severos eventos climáticos.
“Este Plan es un gran esfuerzo que le permitirá a Cuba mantener sus logros en materia de seguridad alimentaria y nutricional y enfrentar desafíos como el autoabastecimiento y el aumento del sobrepeso en la población”, subrayó Marcelo Resende, Representante de la FAO en Cuba.
Por su parte, Frei Betto, asesor de la FAO, reforzó la necesidad de la participación popular en el Plan, para que el pueblo no se sienta beneficiario, sino protagonista, y porque la educación nutricional involucra a todos.
En marzo de 2019 tuvo lugar el primer encuentro intersectorial que impulsó la elaboración del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional. Un año después se analizó la propuesta y se enriqueció durante una reunión dirigida por el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el Primer Ministro, Manuel Marrero.
A partir de la aprobación del Plan este mes por el Consejo de Ministros, comenzará su implementación y despliegue territorial, incluyendo evaluaciones económicas, así como mecanismos de monitoreo que permitan su revisión constante.
"El Plan es una tremenda iniciativa del gobierno cubano, que la FAO y otras organizaciones internacionales han estado apoyando, así como todas las instituciones involucradas (…) Si llegamos a construir todo lo que en materia de sistema alimentario y nutricional estamos proponiendo aquí en estos grupos de trabajo, va a ser realmente muy positivo para las personas y para la salud de la población cubana”, reconoció Giraldo Martín, director de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”.
En América Latina y el Caribe, la FAO ha apoyado con metodologías, herramientas y asistencia técnica a alrededor de 20 países para el desarrollo y fortalecimiento de políticas, planes y estrategias nacionales de seguridad alimentaria y nutricional, entre ellos, Argentina, Colombia y Panamá.